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El Centro de Mediación transitó un importante camino hacia la transformación digital

Entre el 2019 y el 2021 se implementaron importantes avances que fueron posibles gracias al uso de la tecnología. La incorporación de otros canales de comunicación, la digitalización de documentos y las mediaciones virtuales durante la pandemia cambiaron radicalmente las formas de trabajo.

 

El Centro de Medios Alternativos de Resolución de Conflictos del S.T.J. es el órgano provincial que se encarga de la administración de todo lo referente a la mediación extrajudicial. Cuenta con el registro de mediadores y controla la matrícula de cada uno de ellos. Entre el 2019 y el 2021, transitaron un importante camino hacia la transformación digital. La incorporación de otros canales de comunicación, la digitalización de documentos y las mediaciones virtuales durante la Pandemia fueron algunos de estos importantes avances.

 

Las mediaciones son realizadas por mediadores externos, ya que hay un ejercicio libre de la profesión. El Centro, en sentido amplio, se encarga de controlar el procedimiento, la efectiva notificación de las partes y el resultado de la mediación, dando por cumplimentada la rendición de la etapa prejudicial previa para luego cargar las estadísticas con el fin de que toda la información se encuentre dentro del sistema.

 

En cuanto a su organización interna, se divide en cuatro partes. La contable, que se encarga de los honorarios, aranceles que se cobran y demás cuestiones relacionadas al manejo de fondos. La parte de registro, que realiza todo lo referido a la matriculación, los pedidos de licencia, el control de matrícula, suspensiones voluntarias o sancionatorias y expedientes disciplinarios. El área de Proveyentes, que controla las rendiciones que realizan los mediadores sobre los procedimientos mediatorios finalizados. Y, por último, la mesa de entradas que recepciona todo aquello que es enviado desde la provincia.

 

Cada una de las jurisdicciones cuenta con un responsable de mediación, quien es el encargado de realizar los sorteos y evacuar las dudas de los demás mediadores. Además, cuenta con una clave en el sistema del Poder Judicial para realizar la carga de información. “Esa conexión hacia toda la provincia antes no existía, sino que se incorporó durante la pandemia, entre el 2020 y 2021. Para nosotros significó un cambio radicalmente favorable”, expresan desde el Centro.

 

La comunicación es una de las bases del Centro de Mediación, al nuclear a todos los mediadores de la provincia, debe tener un intercambio continuo con los profesionales del interior. Por estos motivos, siempre se busca incorporar nuevas tecnologías y facilidades para lograr un trabajo más eficiente.

 

Del 2019 al 2022: un camino hacia la innovación

 

En tres años el Centro de Mediaciones incorporó grandes avances en su forma de trabajo y comunicación, teniendo a la tecnología como principal herramienta.

 

El proceso de digitalización se vio acelerado con el advenimiento de la pandemia. La Dra. Ana Bracco, directora del Centro explica que “si bien fue perjudicial en muchos aspectos, también para nosotros fue beneficioso porque terminó de incorporarse el expediente electrónico”.

 

Todas las mediaciones deben ser rendidas al Centro para ser controladas, solicitar honorarios de corresponder  e incorporar los datos a las estadísticas. Hasta el 2019, se presentaban al responsable de mediación en papel y se mandaban por bolsa por correo interno. Este modus operandi ralentizaba el trabajo, ya que algunas veces la bolsa llegaba días más tarde por cuestiones como feriados nacionales. De esta manera, la documentación de la provincia se acumulaba desfasando la organización y el trabajo.

 

A partir del expediente electrónico, se comenzaron a cargar por Mesa Virtual, lo que agilizó los tiempos de administración. De la misma manera, contribuyó en la despapelización. “Ahora, con la digitalización ya no tenemos cola en nuestra mesa de entrada y pudimos dejar atrás el archivo impresionante con el que contábamos. Nuestro pasillo estaba lleno de biblioratos, ahora no tenemos ni una carpeta ”, explica Bracco.

 

La mediación virtual como respuesta a la Pandemia

 

Con la llegada del COVID-19 se comenzó a hablar de la mediación virtual. Si bien ya estaba reglamentada desde el 2019, fue la pandemia la que la impulsó. Asimismo, expandió su alcance, ya que la herramienta estaba pensada principalmente para mediaciones entre personas de distintas provincias o que estén dentro de Entre Ríos pero a más de 200 km de distancia.

 

Bracco expone que, en sus comienzos, había una gran desconfianza en el sistema. Se pensaba que se perderían los gestos -un tipo de lenguaje que el mediador tiene muy en cuenta al momento de conversar con las partes que están en conflicto-. Debido a ello, en 2019 se reglamentó pero nadie llevó  a cabo una mediación virtual dentro de la provincia.

 

Asimismo, existían otros tipos de obstáculos, como la falta de conocimiento de la plataforma Zoom por parte de la ciudadanía. “Llegué a tener que explicarle a una señora que no iba a salir en la tele”, expresa la doctora.

 

Con las restricciones impuestas por la propagación del virus, el sistema tuvo que implementarse obligatoriamente. Y, a contrario de lo que se creía, desde el Centro de Mediaciones manifiestan que los resultados fueron positivos, sobre todo en los casos de Familia.

 

En situaciones concretas, el conflicto entre las partes es muy fuerte y la separación es reciente, por lo que compartir el espacio con la otra persona genera malestar. Sin embargo, las videoconferencias, al ser virtuales y no encontrar presencialmente a las partes, generaron una mayor predisposición hacia la solución del problema.

 

Mediaciones en España y México

 

Los intercambios también se pueden llevar adelante de manera híbrida. Se realizan cuando una de las partes puede ir al estudio del mediador y la otra se conecta virtualmente. En el caso de las mediaciones internacionales son sumamente importantes, ya que de lo contrario no se podrían realizar.

 

El Centro realizó mediaciones con países como México y España. Bracco expone que en esos casos el gran escollo a salvar fueron las diferencias entre las leyes. Respecto de España cuenta que “trabajamos con un centro comunitario de mediación que no tenía nada que ver con la parte judicial. Por lo tanto, a las partes no se le requería patrocinio de abogados. Al ser comunitario, no tenían tantos requisitos formales para cumplimentar el procedimiento, que nosotros sí los tenemos”.

 

Un sistema que se aceptó, funcionó y mostró sus virtudes

 

El Centro realiza entre 1000 y 1300 mediaciones por mes, y durante la pandemia el número no disminuyó. Tanto los profesionales como las partes aceptaron y se adecuaron a la virtualidad. Estadísticamente, entre las personas que comparecieron virtualmente, había entre un 60% y 65% de posibilidades de que terminen en un acuerdo.

 

Los avances en la tecnología también ayudaron a que el sistema sea eficaz. En ese sentido, desde el Centro explican que mucha de la desconfianza que se tenía refería también al nivel de tecnología con el que se contaba antes, que no era del mismo nivel de nitidez ni tenía la rapidez con la que funciona ahora. “Ahora el feedback es instantáneo”, manifiestan.

 

Excepciones de la presencialidad en las mediaciones

 

Actualmente, las mediaciones se realizan de manera presencial. Sin embargo, el STJ dispuso que, excepcionalmente, el/la mediador/a podrá proponer la realización virtual por motivo de seguridad de las personas intervinientes; porque una de las partes fue víctima de violencia de género respecto de la otra; o por impedimento económico en razón de la distancia, una de las partes no pueda trasladarse al domicilio donde deba realizarse la mediación.

 

9 de mayo de 2023

 

SIC-STJER

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